Nueve ciudades del interior mostraron lo más representativo de sí mediante las carrozas alegóricas que desfilaron por la avenida Mate de Luna. Dijeron presente Aguilares, Las Talitas, Simoca, Famaillá, Alderetes, Trancas, Tafí del Valle, Tafí Viejo y San Isidro de Lules. Algunas se destacaron por la ornamentación, otras por el colorido, otras por la creatividad y otras por su profundo significado. Este fue el caso de la de Tafí del Valle, que estaba dedicada totalmente a la producción de maíz.
“El maíz para nosotros representa el trabajo, la salud, la hermandad de los pueblos originarios de toda América”, resaltó Mónica Méndez, referente de la Comunidad Indígena del Pueblo Diaguita del Valle de Tafí, quienes armaron la carroza, con la ayuda de la Municipalidad.
En la carroza iban jóvenes que representaron la danza del maíz, y dos personajes centrales: el Señor del Maíz y la Sara Mama (madre del maíz), espíritus protectores de los cultivos y de las cosechas. También había una pirgüa (granero) que, según Mónica, es un símbolo de la soberanía alimentaria de la comunidad.
Una de las carrozas más simpáticas fue la de Trancas, que presentaba un cuadro al estilo de los de Molina Campos. Los personajes llevaban máscaras para parecerse a los dibujos del artista, y se veía lo que sería el patio de una casa de campo, con un fogón, un horno de barro y una vaca lechera lista para ser ordeñada. “Con esta vaca quisimos mostrar nuestra principal actividad, que es la ganadería y el tambo”, explicó Jorge Soria, director de Cultura.
Como no podía ser de otra manera, en la carroza de la Municipalidad de Tafí Viejo el protagonista fue el limón. Una fruta gigante, hecha con una estructura de metal forrada con papel barrilete iba girando sobre la plataforma, donde danzaba un pequeño grupo de bailarines -del ballet Embrujo de mi tierra- y se exhibían fotos alusivas a los ferrocarriles, otro de los emblemas taficeños. Fue muy emotivo el momento en que, al pasar frente al palco oficial, el “limón” se abrió y salieron de su interior 200 globos celestes y blancos. La carroza fue hecha por alumnos de la Escuela Técnica de Tafí, informó el secretario de Cultura, Marcos Acevedo.
Una de las más grandes y más “pobladas” fue la carroza de Famaillá, donde convivían Sara Figueroa, campeona nacional de la empanada, que trabajaba en un horno de barro real; la Virgen del Carmen, patrona de la ciudad, junto a un montículo que representaba el Monte Carmelo (donde se habría aparecido la Virgen en el año 1251); y bailarines de folclore. La decoración incluía fotografías de las principales atracciones que tiene Famaillá. “Todo esto es lo que representa a nuestro pueblo”, destacó el coordinador de Obras Públicas municipal, Juan Cardoso.
La carroza de San Isidro de Lules incluyó a las principales colectividades de esa ciudad: italiana, española, siria, que desfilaron con coloridos trajes típicos. “Quisimos mostrar la diversidad”, dijo el director de Cultura, Eduardo Villafañe.
Alderetes, en tanto, rindió homenaje al papa Francisco; Aguilares, a la caña de azúcar; Simoca, a su conocida Feria. La carroza de Las Talitas fue la única que desentonó porque llevaba grandes carteles con el nombre del intendente, Carlos Najar, lo que la hacía parecer parte de una campaña política.